domingo, 25 de febrero de 2007

Para la libertad...


"Para la libertad... sangro, lucho, pervivo..." este es uno de los pasajes de la canción de J.M.Serrat perteneciente al álbum a Miguel Hernández. El ilustre poeta alicantino murió como consecuencia de las penurias de su presidio. Un presidio, cuando no era la muerte, que esperaba a todas las almas libres que no pudieron exiliarse antes de acabar la guerra. Hernández, como muchos otros, fue un hombre de paz, pero de nada le sirvió, tan solo para alargar su agonía detrás de los barrotes del penal de Alicante.


"En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto lo que más quería..."


Él lloró, como todos, la muerte de sus amigos, pero tras el conflicto bélico, también tuvo que llorarle a la vida misma, leyendo las cartas que, su esposa, le enviaba. Con ellas vivió, en la lejanía, la infancia triste de su hijo al que dedicó el desgarrador poema "las nanas de la cebolla", también convertido en canción por J.M. Serrat en el mismo álbum.


Muchos fueron los que vivieron el terror del franquismo, en especial ese periodo, de 1939 a 1950, conocido como posguerra. En aquellos años, y en los siguientes, quedó prohibida toda manifestación en contra de los execrables actos terroristas ejercidos desde el poder y uno podía ser acusado y condenado por el mero hecho de dolerse de tanto desamparo. A Miguel Hernández le tocó sufrirlo en aquella época y, años después, en la época que le toco vivir, también J.M. Serrat tuvo que llegar a exiliarse para evitar problemas durante los últimos coletazos de la dictadura. Una dictadura que, aunque menos dura, nunca perdió el control, ni tan siquiera cuando el dictador murió, tampoco cuando se aceptó la nueva Constitución...


¿A qué viene todo esto?


En los últimos tiempos, sobre todo desde 2004, hemos vivido de convulsión en convulsión. Si ETA nació en pleno franquismo y fue cambiando de personalidad hasta nuestros días, la democracia también ha sufrido sus cambios. Desde su nacimiento, allá por el 1978,se han intentado ir incorporando mejoras para hacer de España más moderno e intentarlo alejar del infierno facisto-católico del franquismo, pero, como en la República, llegó nuestro bienio negro, que en nuestro caso duró ocho años. Estos nuevos "conservadores católicos" se pusieron otra etiqueta "liberales de centro", pero al fial resultaron neo-liberales y, salvo la abolición del servicio militar obligatorio, dierón un terrorífico paso atrás en la democracia aun mal definida.


Un atentado, sospechosamente fallido de ETA, a la persona de J.M. Aznar, fue el desencadenante que llevó a este, poco capacitado, político, hasta la presidencia del gobierno. Cuatro años de pactos, donde aún se pueden encontrar acciones de gobierno aceptables, y en el año 2000, tras vencer en las elecciones por mayoría absoluta, Aznar y la cúpula del PP se quitaron la mascara.


A partir de aquel día el mundo empezó a girar más deprisa, se instauró una política de revancha, en especial contra el País Vasco y Catalunya. Se bloquearon todos los procesos de aperturismo a Europa y se desviaron todos los fondos nacionales hacia un proyecto centralista, desvinculando de Madrid, únicamente, aquello que supusiera un gasto excesivo para el estado central, como la atención sanitaria, pero sin retornar las deudas que el gobierno central había contraído con las comunidades autónomas en ese ámbito... es decir, se cargó la seguridad social y sólo la habilidad financiera de las diferentes comunidades autónomas evitó su fin.


El 11 de Septiembre de 2001, el mundo sufrió un empujón adicional, luego llegó la guerra de Afganistán, que por culpa de la falta de previsión del presidente norteamericano, Bush, aún es una sangría de vidas, porque, aún no terminado el proyecto afgano, e instigado por el lobby judío, se metió en el lío iraquí. Y, adivinen quien se metió de cuatro patas en ese mogollón.


Los españoles nos convertimos en un símbolo contra la guerra con manifestaciones multitudinarias por todo el país, pero eso no fue óbice para que el terrorismo islámico atentara el 11M, tres días antes de una elecciones generales. En aquellos días, el ejecutivo del PP, acostumbrado a mentir sin compasión, intentó sacar partido de aquella sangre de inocentes culpando a su archienemiga ETA, la que con otro atentado le dio el poder. Pero para muchos aquello no llevaba la firma de ETA al vez, Aznar, Acebes y compañía pensaron que en tres días no habría tiempo para descubrir el engaño. Sin embargo, la policía española trabajo bien y deprisa y no estaba dispuesta a perder de un plumazo el prestigio que había tardado muchos años en ganar, así que intentaron llevar a todos los líderes políticos sus verdaderas investigaciones, al rey, a Maragall, a Zapatero, a Fraga... incluso a Carod-Rovira. Entre tanto, la prensa y los servicios diplomáticos eran obligados a beber de la fuente del ejecutivo... "hay dos lineas de investigación y una apunta a ETA..." estas seguían siendo las palabras de Acebes, cuando el pastel ya estaba descubierto. La sospecha se convirtió en certidumbre y los medios de comunicación, aquel sábado que debía ser jornada de reflexión, se volcaron en destapar la infamia. Desde la noche anterior, muchos españoles se plantaron, ante las sedes del partido popular, pidiendo explicaciones; a la mayoría no los tuvo que llamar nadie, pero algunos fueron avisados por SMS's de toda índole... la gente estaba enfurecida. Y aquello se acabó, al día siguiente en las urnas. O debió acabarse, porque este grupo no ha ncajado la derrota, y como ya sucediera en la República, tras el bienio negro, las fuerzas de la ultraderecha se han unido, sin mirar en gastos, para volver a incendiar el país, volver a matar a España.


Oposición sin sentido todo lo que haga el actual gobierno, incitar a todos los pueblos de España unos contra otros. Ataques reiterados a Catalunya y Euskal Herria. Y el colmo a sido el de bloquear al ejecutivo cuando ETA hizo ademán de querer llegar a la paz. Por si esto fuera poco, la doble moral del grupo terrorista, algo más que comparte con los aznaristas, ha servido de excusa para iniciar otra campaña para dañar al país en la figura del gobierno. En este flanco, la AVT, dirigida por el Sr. Alcaraz es su adláter.


En las últimas manifestaciones que han intentado disimular que eran contra el terrorismo, mostrando banderas franquistas y gritos fascistas. Han tenido la mala voluntad de ensuciar alguna bandera republicana (la española democrática ya hace tiempo que no soporta su olor) e incluso, para dañar más la realidad han dañado la palabra libertad y cantado la canción del principio... eso sí, sin permiso del poeta ni del autor.



"Para la libertad... engaño, mato y martirizo", porque la libertad es sólo para mí y mi bolsillo...

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